Vivimos sobreestimulados e infoxicados de información, nos comparamos y queremos más, buscamos sin cesar y no encontramos.
Una búsqueda agotadora de no sabemos qué.
Buscamos nuestro lugar, buscamos aceptación y aprobación.
Nuestro ego está hambriento de la aprobación de los demás, pues sin los demás no somos nadie, o al menos eso creemos.
¿Qué sentido tendría tu existencia si fueras el único ser humano de la tierra?
¿Necesitarías saber qué hora es? ¿te preocuparía tu mala pinta?