Vivimos en la época de los estímulos permanentes, ruido y objetos brillantes que nos distraen de lo que se supone que tenemos que hacer para dedicarnos a cosas que nos generan frustración y estrés.
El seguir al rebaño para hacer lo que todos hacen puede funcionar a veces, hasta que descubres que no eres tú quien controla tu vida sino modas impredecibles que no podemos controlar.
Y el no tener un criterio consciente en nuestra vida puede salirnos caro: flata de claridad y dispersión total.
Pero ¿cómo podemos mantenernos cuerdos en este mundo de locos sin parecer unos frikis?
Hoy he seleccionado los 9 hábitos que han transformado mi vida para bien, ordenando lo que antes era caos y dándome la claridad que necesito para vivir de forma consciente y con propósito.
Vamos con ellos:
1.- Empieza con la tarea más difícil del día
El tiempo pasa rápido, de hecho las horas vuelan si no las controlamos.
A veces, al final de un día sin parar, tenía la sensación de no haber acabado nada. Sí, la productividad es un problema serio.
Solemos ir a tumba abierta como abejas de flor en flor y procrastinamos dejando siempre las tareas más difíciles para el final, tareas importantes que acabamos abandonando o atrasando sin fin.
¿Por qué? porque en el fondo nos da miedo el resultado o las expectativas que hayamos puesto en lo que vamos a hacer.
Conozco esa sensación, y es terrible, sólo genera frustración y bloqueo.
La solución para esto es lo que en el mundo de los negocios llaman “tragarse el sapo”, es decir empezar el día con la tarea más difícil o incómoda que tengas por delante.
Aprovecha las primeras horas en las que estás más fresco para resolver esa tarea roca que sabes que más adelante se te va a atragantar.
Esta estrategia te va a dar varios beneficios:
- Impide que sigas atrasando cosas importantes
- Aprovechas que por la mañana tienes más energía y capacidad de concentrarte
- Tu día va a ser diferente si empiezas resolviendo la tarea más difícil
- Y en consecuencia te parece que cualquier tarea es más fácil comparado con la que ya has hecho.
- Y según vas resolviendo marrones aumenta la dopamina que te va a motivar aún más para seguir consiguiendo resultados.
Así que a partir de ahora empieza el día tragándote el sapo de la tarea más incómoda que tengas por delante.
2.- Aprende a respirar
Recuerdo levantarme cada día con bastante ansiedad, como si me sobrepasara el día que tenía por delante, así que arrancaba a 100 por hora sin pararme a pensar en lo más importante, la atención en el momento que estaba viviendo.
Después aprendí que todo eso se debía a un desequilibrio en mis niveles de cortisol, la hormona que nos ayuda a lidiar con el estrés, preocupación exagerada, pensamientos negativos o intolerancia a la incertidumbre.
La ansiedad también nos puede dar por la noche porque tenemos muchos pendientes para el día siguiente o simplemente cosas que queremos evitar. Intentamos dormir pero no podemos y cada vez nos obsesionamos más porque sabemos que hay que descansar y así entramos en un bucle de insomnio brutal hasta que caemos rendidos.
La consecuencia de todo esto es tratar de distraernos con el móvil o viendo una serie antes de dormir, lo cual solo sirve para aumentar nuestra ansiedad, ¿por qué? es lo que se llama disonancia cognitiva, qué sucede cuando nuestras acciones no van en la misma dirección que nuestros pensamientos y planes, y aun peor, genera un sentimiento de culpa que acompaña a la ansiedad.
Pues bien, la solución para todo esto es aprender a respirar y tomar consciencia de lo que vas a hacer en cada momento. Puedo decir sin equivocarme que aprendí a respirar a los 35 años. Nunca antes me lo había tomado en serio, pensaba que era algo secundario e intrascendente, pero no, respirar es todo, es ser tu, es prestar atención y es liberarte.
Respirando de forma consciente vas a reducir tu estrés, vas a dormir mejor, vas a rendir mejor y te vas a concentrar mejor
3.- Haz ejercicio
El cuerpo me duele cuando estoy demasiado tiempo en la misma postura.
Me pasa en los aviones, en las reuniones largas e incluso cuando estoy escribiendo.
Sobre todo cuando estamos en el mismo lugar durante mucho tiempo en la misma posición, como por ejemplo sentado en una oficina durante horas o cualquier trabajo con poco movimiento físico.
Al final esa inmovilidad y falta de ejercicio sólo genera estrés, ansiedad, dolor físico.
La solución para eso es tomarte en serio la actividad física, de forma rutinaria y cada día.
Con el ejercicio vas a mejorar tu estado de ánimo, incluso a veces vas a sentirte eufórico por la producción de ciertos neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, y además regula la cantidad de cortisol, la hormona del estrés.
También hay estudios que dicen que el ejercicio disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y del cáncer, y y además mejora salud sexual.
4.- Fija metas SMART
Puedes fijarte miles de metas, pero necesitas una estrategia para alcanzarlas.
Es decir, si te propones conseguir o cambiar algo en tu vida, primero, necesitas descomponer tus metas en objetivos y los años en meses, semanas y días.
Una vez que hayas “desarmado” tus objetivos en partes más pequeñas, podrás idear los pasos y acciones reales para conseguirlos.
Y algo muy importante, tus metas deben de cumplir el acrónimo SMART, acrónimo en inglés que en español significa específicas, medibles, alcanzables, relevantes y en un tiempo limitado.
Y algo fundamental, planifica mañana, hoy, es decir nunca empieces un dia sin saber lo que vas a hacer, o mejor dicho, nunca acabes un dia sin tener claro lo que harás el dia siguiente.
Como parte de tu rutina nocturna, haz una lista de tus tareas para mañana y planifica cómo las diferentes reuniones, citas y tareas se van a encadenar.
Si empiezas con esta rutina esta misma noche, descubrirás que lleva mucho menos tiempo del que pensabas, y que te hace ver mañana con una claridad que antes no tenías.
Así que cada día, alinéate con tus prioridades.
La forma común de hacer esto es establecer metas. Mantén una hoja de cálculo de Excel con objetivos a corto, mediano y largo plazo, y con frecuencia me refiero a ella para enfocar el panorama general de tu trabajo.
A algunas personas les resulta útil contar con marcos de tiempo de 1, 3 y 5 años, pero me parece que es más fácil postergar los últimos. El truco con este sistema es hacer avanzar continuamente los objetivos a medida que cambia la situación en tu vida.
5.-. Medita cada día
Si tu también tienes una mente ruidosa, si se te hace dificil concentrar; esto sera para ti
Constantemente pensar y sobrerazionalizar cada asunto puede ser muy desgastante a largo plazo.
Para salir de este bucle eterno de pensamientos necesitamos aprender a dejar de pensar.
Pero como se puede dejar de pensar?
Primero, celular en modo avión y buscar un lugar donde puedes estar tranquilo y solo sin que alguien te moleste.
Te sientas en una posición cómoda, con la columna recta y cierras los ojos.
Te enfocas solo en tu inspiración y expiración. En nada más. A veces tal vez va a venir un pensamiento a tu mente.
Intenta verlo como una nube que tapa el sol solo por un momento y después desaparece. Siempre intenta regresar con tu atención a tu respiración.
Incluso le puedes asignar un color a la inspiración y otro color a la expiración.
Esta técnica que te acabo de describir es una manera de practicar la meditación.
La meditación es una técnica increíble para entrenar tu enfoque, bajar la ansiedad y calmar el bucle eterno de pensamientos negativos.
Investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que la meditación puede, efectivamente, cambiar la estructura biológica del cerebro aumentando la parte responsable del aprendizaje y la memoria.
6.- Relájate y disfruta
Parece que sólo las personas inteligentes y poderosas saben cómo descansar.
Después de todo, esos son los momentos donde fortalecen su poder. Muchas personas están tan tensas siempre que se acaban quemando. Cuando te estresas, pierdes concentración y control. Una persona que no sabe cómo relajarse, pierde el tiempo, ni descansa ni produce y está siempre arrastrándose y quejándose.
La clave es aprender a relajarte y disfrutar cada momento como algo único e irrepetible.
Debes despejarte de vez en cuando. Busca algo que te tranquilice y disfrutes. Puede ser escribir, cocinar, caminar, leer, quedar con alguien que te sume o escuchar música.
La preocupación es el peor gasto de imaginación que existe.
7.- Lee cada día
Decía el canciller alemán Bismarck que es mejor aprender de los errores de otros que de los propios.
¿Y cómo podemos aprender de otras personas y de sus vidas?
Sencillo, leyendo.
Warren Buffet o Bill Gates lo hacen varias horas al día para conseguir un conocimiento brutal del mundo en que vivimos.
Y no hace falta dedicar varias horas al día, puede ser algo mucho más moderado, 30 minutos o 1 hora, lo importante es convertirlo en un hábito diario.
Son muchos los estudios que dicen que leer disminuye el estrés y la ansiedad, y además aumenta tu vocabulario de una forma increíble.
Además los libros de ficción pueden aumentar tu empatía con los demás para entender mucho mejor a las personas.
Y ahora cuéntame, ¿cuántos libros lees al año?
8.- Practica afirmaciones y visualizaciones
Según los neurocientíficos cognitivos nuestras decisiones, acciones, emociones y comportamientos dependen hasta el 95% del subconsciente, la actividad cerebral que va más allá de nuestra conciencia consciente.
Una parte clave del subconsciente son todas nuestras creencias. Éstas forman nuestras actitudes y opiniones, muchas veces sin que nosotros nos demos cuenta.
Y para conseguir lo que te propongas en la vida tendrás que cambiar primero tu actitud con afirmaciones y visualizaciones.
Por eso es importante repetir lo que quieres, valorar lo que tienes y entrenarte en verlo y sentirlo, confiar y creer.
9.- Practica la gratitud
Muchas veces nos olvidamos de agradecer lo que somos, lo que tenemos y lo que nos rodea.
Y aunque todos tenemos días buenos, malos y regulares, imagínate por un momento que tuvieras una herramienta para convertir un día malo en uno excelente donde todo fluye y sale mejor.
Pues bien, esa herramienta existe y es la gratitud.
La gratitud es como el efecto heliotrópico mediante el cual nos sentimos atraídos por la energía positiva igual que las plantas se dirigen al sol.
Diversos estudios coinciden en que practicar la gratitud mejora la salud física y mental, duermes mejor y mejora tu autoestima.
Intenta practicar la gratitud cuando estés bajo de ánimo, busca algo a tu alrededor algo por lo que estar agradecido, puede ser algo simple como una comida, un logro o una persona.
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