La muerte de las empresas tradicionales
Me pasa con frecuencia que muchas conversaciones con mis amigos sobre sus trabajos acaban igual, están hartos o aburridos y todos coinciden que el modelo de empresa tradicional están agonizante, salvo excepciones lógicamente como todo en la vida.
Muchas empresas, al igual que tantas universidades que están muertas, son organizaciones basadas en el modelo de la revolución industrial del siglo XIX, anacrónico y obsoleto.
En este mundo actual del impacto, la instantaneidad, la información, la comunicación, las tecnologías, la disrupción, la creatividad y la cooperación frente a la competitividad, este tipo de organizaciones ancladas en modelos pasados están muertas y no lo saben, viven limitadas en sus creencias y bajo direcciones agónicas y desorientadas que no saben a donde van. Para estas empresas zombis el cambio es imparable y las que no lo anticipen y se renueven, irán desapareciendo poco a poco.
Esta realidad varía mucho dependiendo del sector. No es igual el sector del consumo que el de las infraestructuras, la banca tradicional o el de las tecnológicas con letras de colores. Sectores más innovadores y cambiantes frente a sectores tradicionales que no te dejan mucho margen a la creatividad y la innovación. Es decir sectores boyantes y que ganan frente a sectores que pierden.
Cuanto más monolítico e inmóvil sea el sector en el que trabajes, más dolorosa es la toma de conciencia de la realidad en la que te mueves. Y si te fijas con atención, acabarás viendo con claridad por qué las empresas tradicionales han evolucionado a lo que son hoy, cómo ha sido su auge y caída, y por qué las que no se transforman están destinadas a desaparecer.
Hoy te quiero contar cómo detectar si estás en una de ellas y los motivos por los que no deberías esperar más para cambiar.
¿Estás en una empresa zombi?
Una empresa zombi está muerta y no lo sabe. Y como los zombis, cada día deambula sin rumbo con sus rutinas y procedimientos sin darse cuenta de su realidad. Las empresas zombis son fáciles de reconocer, suelen tener estructuras piramidales, están gestionadas por el miedo y la ley del ordeno y mando. Todo esto nos suele generar frustración y emociones negativas que acaban dando lugar a una empresa lenta e ineficaz que distorsiona sus procesos de trabajo y negocio, resultando cada vez más cara y menos competitiva, como tantas estructuras obsoletas y decadentes que seguro te son familiares. Y ahí es donde suelen empezar los problemas económicos que siempre acaban pagando los trabajadores, los cuales en su mayoría suelen también estar zombificados.
Espero que no estés identificando estas características en tu empresa, pero si crees que estás en una de ellas también estás de enhorabuena, pues no todo el mundo se da cuenta, y ahora sí tienes un buen motivo para cambiar, crecer y evolucionar, seguir tu talento y dedicarte cuanto antes a lo que más te gusta. Como seres humanos solemos evolucionar y adaptarnos para conservar lo que tenemos, y probablemente tu miedo a perder lo conseguido sea mayor que tu ambición a conseguir algo mejor. Y la realidad es que sólo nos atrevemos a cambiar cuando nos damos cuenta de las consecuencias de no hacerlo.
Hay 4 razones principales que zombifican o matan a empresas y organizaciones que no se transforman:
- Mercados cada vez más globales y menos locales
- El efecto imparable de las nuevas tecnologías
- Cambios sociales cada vez más rápidos
- El aumento de la exigencia y la competitividad en el mundo
Por estas 4 razones el trabajo rutinario es cada vez más fácilmente sustituible por tecnología que el trabajo creativo, y lo mismo sucede en empresas, organizaciones e individuos. En entornos cambiantes, acelerados y competitivos, vas a necesitar una visión más creativa para seguir generando valor y garantizar tu supervivencia. Y eso debes de aplicártelo tanto a ti como a las personas con las que trabajes.
¿Es tu momento de escapar?
Si crees que estás en una zombiempresa y eres lo suficientemente valiente como para deshacerte del factor miedo tendrás ante ti un reto increíble para desarrollarte y alcanzar tu independencia como persona libre, y si ya lo estás pensando es mejor que lo hagas cuanto antes.
A partir de que tomes conciencia de que estás en una zombiempresa ya será tu responsabilidad el tomar la decisión de cambiar. Y para ese cambio tiene dos opciones, buscar una empresa diferente, gestionado por la confianza, flexive y motivadora, o bien montarte por tu cuenta haciendo lo que más te gusta. Todo tiene pros y contras, y todo dependerá del momento de tu vida en que te encuentras y los riesgos que quieras asumir. Pero lo que está claro es que cambiar es necesario.
Si optas por cambiar a otra empresa, busca entre las que la confianza entre las personas le gane al miedo, y la colaboración le gane a la competitividad. Existen empresas así y cada vez más, afortunadamente. Son empresas donde la difeencia la marcan las personas que las gestionan, que más que jefes psicópatas son compañeros que te inspiran a aprender y hacerlo mejor, con comunicación, creatividad y asertividad. Ese es el camino para las empresas y líderes del futuro, y estoy convencido de que será el tuyo también.
Conclusión
Si después de leer esto eres consciente de que estás en una «zombiempresa», ahora ya sí es tu responsabilidad tomar decisiones para cambiar las cosas, dar el paso para planificar tu cambio, atreverte a identificar tu talento, validar tu idea de negocio y pasar a la acción cuanto antes.
Frente a esta epidemia de insatisfacción profesional en empresas agonizantes, es tu decisión elegir entre la estabilidad vulnerable de un trabajo transitorio que no te aporta mucho o seguir tu talento e impactar en los demás dedicándote a lo que más te gusta, ya sea en una empresa que te motive o emprendiendo por tu cuenta esa idea increíble que llevas dentro. Quizás recuerdes este momento como el día en que decidiste dejar tu zombiempresa.
«Si la gente viene al trabajo entusiasmada, si comenten errores con libertad y sin miedo, si se divierten, si se concentran en hacer cosas en ligar de preparar informes y acudir a reuniones, entonces, en algún lugar, tiene líderes» – Robert Townsend