Más del 70% de los profesionales han sufrido el síndrome del impostor en algún momento de sus carreras.
Tanto si trabajas por cuenta propia o ajena, el síndrome del impostor es mucho más común de lo que parece pues muchas veces no somos capaces de valorar adecuadamente nuestra aportación a la empresa o al cliente que nos paga.
A continuación te lo explicamosSíndrome del impostor
El síndrome del impostor es lo que se conoce como una sensación que nos impide sentir que merecemos el puesto de trabajo que tenemos, por tanto, es un sentimiento de fraude hacia nosotros mismos, por tener algo que creemos que no nos pertenece.
El síndrome del impostor puede darse habitualmente en personas que han conseguido una buena posición en el trabajo tras grandes esfuerzos, pero una vez alcanzada sienten que ellos no son merecedores de este gran puesto. Con el síndrome del impostor nacen una serie de inseguridades, como la de percibir que los demás están al tanto de la falta de capacidad que uno tiene para desempeñar el puesto que se le ha ofrecido y que por tanto van a descubrir que no cumple con los requisitos necesarios para el puesto, ya que no es el tipo de persona que ellos creían que era.
Estos sentimientos y emociones son falsas, creadas por la persona que padece el síndrome del impostor. El paciente siente presión continua pensando que los demás tienen una imagen equívoca de él y que, si realmente supieran como es, nadie le prestaría atención ni le dejarían desempeñar el puesto de trabajo que tiene.
El síndrome del impostor, por tanto, está muy relacionado con la baja autoestima de la persona que lo sufre y es que el paciente tiende a considerarse menos de lo que realmente es. Y por supuesto, menos de lo que las personas a su alrededor creen que es.
Normalmente, las personas que sufren el síndrome del impostor son aquellas que tienen mucho éxito o han conseguido altas notas en sus estudios. Esto se produce además porque estas personas tienden a buscar la máxima perfección en todo, sintiendo continuamente que no la alcanzan y que por tanto no son merecedoras de sus logros o imagen al resto de personas.
Algunas de las personas más exitosas, al sufrir el síndrome del impostor, creen que han conseguido el objetivo propuesto gracias a la mera casualidad y suerte, derivando siempre el honor a elementos del azar y no a los personales.
Los síntomas del síndrome del impostor pueden resumirse en tres. Es muy importante saber identificarlos para solucionarlos.
El primer síntoma del síndrome del impostor es la objeción a todo tipo de halagos. La persona que sufre del síndrome del impostor va a justificar continuamente cualquier tipo de éxito o logro, buscando excusas sobre porqué no es merecedor de ese triunfo.
Cuando no somos capaces de aceptar nuestros logros, difícilmente podremos avanzar en la carrera profesional, ya que es muy importante estar seguros de nosotros mismos y creer con fuerza en nuestro potencial, de lo contrario, el síndrome del impostor podría llegar a provocar que perdamos muchas de las oportunidades de las que somos merecedores.
El segundo síntoma del síndrome del impostor es la continua exigencia personal de ser los mejores en nuestro puesto de trabajo. El paciente intenta continuamente lograr objetivos cada vez más altos, de muy difícil alcance y sin ayuda de nadie, pues cree que si requiere de esta ya ha fracasado en el triunfo y no tiene la suficiente capacidad para conseguir los logros.
Esto llega a crear una tensión muy importante para aquel que está sufriendo el síndrome del impostor ya que le da una sensación de lejanía y de no ser alcanzable ningún objetivo propuesto.
El tercer síntoma del síndrome del impostor es la tendencia a compararse de una manera constante con el resto de persona que le rodean. Y es que, aunque el paciente tenga gran éxito en un campo de trabajo, no va a poder evitar compararse con el resto de habilidades o conocimientos que otras personas pueden presentar en el desarrollo de otras tareas.
El paciente va a intentar abarcar todas las áreas de trabajo, sintiéndose un fracasado si no puede dominarlas a la perfección.
Además, el acto de comparación conlleva a su vez que el paciente que sufre de este síntoma tienda a generar unos comportamientos insanos y llenos de envidia, provocando situaciones incomodas dentro del trabajo.
En algunos casos, esta situación ha llevado hasta la depresión debido a un ambiente de trabajo en el que el paciente únicamente percibe negatividad y achaque de que él es el problema de la situación.
El síndrome del impostor
El síndrome del impostor puede superarse pero para ello es necesario llevar a cabo una serie de actitudes y comportamientos. En primer lugar, es muy importante reconocer el problema de que se está sufriendo este fenómeno psicológico.
Una vez asumido, cada vez que aparezca algún pensamiento que sea ocasionado por el síndrome del impostor, debemos de escribirlo en un papel, lo que nos permitirá ver este tipo de pensamiento negativo de una forma más externa, valorándolo desde otro ángulo diferente en el que tenemos que intentar que no medie el sentimiento de culpabilidad.
Es importante, que lo mismo que plasmamos en un papel los pensamientos negativos, escribamos igualmente nuestras fortalezas y potenciales, ya que esto nos ayudará a aceptar lo que tenemos y a darnos cuenta de que somos mucho más de lo que pensábamos, sacando a la luz de una vez aquello que teníamos tan escondido debido al síndrome del impostor.
Debemos de asumir los logros conseguidos, dándonos el mérito de ellos, haciéndolos nuestros y aceptando que se deben a nuestras capacidades y habilidades para ello. Reconociendo de esta manera el éxito y celebrando el triunfo.
Focalizarse en los objetivos es también otra tarea que podrá despejar nuestra mente de pensamientos negativos, como la sensación de inferioridad con el resto de personas. Para ello, se pueden establecer metas personales, alcanzables y a corto plazo, lo que nos mantendrá continuamente en sensación de logro de los objetivos propuestos, ayudándonos a evitar cada vez más el sentimiento de fracaso.
Debemos además de enfocar la acción de pedir ayuda como algo positivo en lugar de un acto de derrota. Cuando estamos perdidos es muy importante buscar la luz recurriendo a otras personas que puedan guiarnos para ello, como puede ser un mentor.
De hecho, es el síndrome más habitual de los emprendedores, freelance y autónomos.
Y te estarás preguntando, qué es exactamente el síndrome del impostor, o incluso si es posible que tú lo tengas.
¿Qué es el síndrome del impostor?
Déjame hacerte unas preguntas para que lo respondas por ti mismo:
¿Te sueles exigir demasiado en lo que te propones?
¿Alguna vez has sentido que no eres quien dices ser?
¿Te bloquea la idea de pensar que puedes fracasar?
¿Has sentido que no estás preparado para lo que has prometido?
¿O que en realidad no eres un experto en tu área?
¿O que estás estafando a quien te paga o a quien en realidad quieres ayudar?
¿Te criticas tanto que acabas renunciando a muchas de tus ideas?
¿Te suele limitar tu perfeccionismo?
Si has respondido que sí a 2 o más de ellas, tienes el síndrome del impostor, el peor enemigo de muchos profesionales cualificados.
Y si alguna vez te has sentido así, definitivamente te interesa lo que te voy a contar, porque todas estas sensaciones tienen que ver con el síndrome del impostor.
¿Y por qué sucede el síndrome del impostor?
Principalmente se debe a la falta de confianza en ti mismo, baja autoestima o influencias negativas de los demás.
Como humanos temerosos educados en continuas limitaciones, te han entrenado para armonizar en la sociedad y sobrevivir a los juicios de los demás y las expectativas ajenas.
Y sin embargo no te han preparado para entender que tus conocimientos son mucho más valiosos de lo que imaginas para personas que tienen problemas que tú ya has superado y a los que podrías ayudar muchísimo con la experiencia que tú ya tienes.
Muchos profesionales son expertos anónimos atrofiados en ponerse en valor como lo que son, expertos no reconocidos de un tema al que han dedicado muchos años.
¿Y qué es lo que te impide desatar todo tu potencial como profesional?
Ese diálogo interno del síndrome del impostor que a veces te hace pensar que si los demás supieran lo mediocre que eres tendrían una visión muy diferente de ti. Algo que se lleva por dentro y te genera mucho sufrimiento.
Los sintomas del sindrome del impostor
Los síntomas más recurrentes son creer que no mereces los logros o éxitos que consigues, el no confiar en tus propias competencias, tus permanentes expectativas de fracaso o el miedo a que los demás descubran tu “fraude”, el miedo a no estar a la altura y no merecer el puesto que ocupas, pensar que cualquiera lo haría mejor que tú, o miedo quedar en evidencia por tu ignorancia
Muchos profesionales en algún momento de nuestras vidas hemos tenido esa sensación, incluso parece que es más habitual en mujeres de éxito pues creen que tienen que demostrar más y que nunca es suficiente.
Yo también lo he sufrido, me drenaba mucha energía y confianza en mí mismo.
¿Qué consecuencias puede tener en tu carrera?
Principalmente, no valorarte lo suficiente, procrastinar demasiado en cambios profesionales que sabes que necesitas, o no aprovechar las nuevas oportunidades que se te presentan a lo largo de la vida.
Es decir, el síndrome del impostor lastra tu crecimiento, tu autoridad y tu marca personal.
Imagina por un momento cómo sería tu vida si te liberarás del síndrome del impostor para siempre, superando tus bloqueos e incertidumbres para desatar todo tu potencial, el que sabes que llevas dentro.
Te aseguro que ahí fuera hay un montón de oportunidades esperándote, para personas como tu, que quieren impactar en los demás con su mejor versión, vendiendo su conocimiento.
Tú también puedes hacerlo.
¿Cómo puedes destrozar para siempre el síndrome del impostor?
Puedes eliminar para siempre tu síndrome del impostor con solo 3 pasos:
- Pon en orden todo lo que has conseguido en tu vida, toda tu experiencia y conocimiento acumulado, trabajos, proyectos, formaciones y relaciones. Esa va a ser tu singularidad, las bases de tu marca personal única e irrepetible.
- No te compares con nadie más, cada uno está en un momento vital diferente. Sólo compárate contigo mismo, con tu yo anterior, y proyéctate siempre en tu yo futuro, no lo pierdas de vista.
- Fórmate en lo que no dominas y rodéate de personas que quieren lo mismo que tú. Y super importante, practica el OQP -only quality people-, relacionate sólo con buenas personas.
Crea tu alter ego
Y lo más importante, cree y confía en ti, y para eso crea tu alter ego, tu mejor versión, una versión de ti que tendrás que construir por ti mismo, ese va a ser tu nuevo personaje, que en realidad será la mejor versión de ti mismo.
Describe con detalle tu superhéroe interior, el que siempre ha estado ahí para ti, para que lo uses cuando más lo necesites. conectate y anclate a él como tu arma secreta más valiosa.
Tu alter ego siempre será una parte intrínseca de ti pues una vez que crees tu alter ego te acompañará para siempre, y ese será tu modo profesional, seguro, consciente, comprometido, generoso y altruista con el valor que puedes dar a los demás.
Piensa que vendiendo tu conocimiento, estás ayudando a los demás, transformando sus vidas y mejorando la sociedad.
Y esa aportación vale incluso mucho más de lo que puedas cobrar por tus servicios, por tu conocimiento, ya sea por cuenta ajena o como emprendedor.
Ahora te toca a ti
Si tú también estás en ese momento de tu vida, te he preparado esta masterclass gratuita donde te voy a contar cómo crear un Plan B profesional basado en tu conocimiento que te de la libertad, independencia y propósito que siempre has buscado.
En esta clase intensa y directa a lo esencial aprenderás 3 cosas:
- Las claves para transformar tu carrera y encontrar tu zona de influencia
- El sistema para convertirte en emprendedor del conocimiento
- El método que te va a generar clientes de forma constante
El objetivo es ayudarte a crear tu plan B profesional y lanzar tu negocio del conocimiento cuanto antes, para que refuerces tu carrera y te vendas como el experto que ya eres en tu tema.